Inicios del Jonsismo y del Falangismo: Ramiro Ledesma Ramos y José Antonio Primo de Rivera.
Ramiro Ledesma Ramos en Falange Digital.
Es difícil conocer las intenciones de Ramiro a través de los testimonios que dejó escritos. A partir de los cuales se podría calificar su doctrina de puramente "Cesarista" en torno a un Caudillo unificador o en torno a su propia persona. Similar a los Nacionalismos Europeos de su época.
Sin embargo su personalidad política exige un estudio más profundo y cuidadoso por la abundancia de matices propios de una mente privilegiada y la absoluta importancia que dichos matices tienen para quien ha profundizado en el estudio de la filosofía.
- Ramiro Ledesma Ramos fue un gran intelectual que tradujo a grandes filósofos. Pero su proyecto fue pragmático y se basa más en la acción que en el pensamiento, pudiéndo decirse que su mayor legado no es doctrinal. Es el ejemplo de una vida entregada a la lucha por España.
- Ramiro fundó el Nacional-sindicalismo español a partir de la crítica al Sindicalismo Nacional Italiano filo-fascista, o su versión plenamente Fascista. ¡Pero rechazó ser catalogado de Fascista en muchas ocasiones! y en otras lo aceptó matizando su significado definiéndolo como respuesta a un "insulto" que le llegaba desde todo el espectro político. Para terminar por desmarcarse completamente con la publicación de su obra Fascismo en España en la que se dice:
"A Ramiro Ledesma y a sus camaradas les viene mejor la camisa roja de Garibaldi que la camisa negra de Mussolini." (Garibaldi fue el unificador de Italia).
Solo cuando abandonó las filas de FE-JON-S en 1935 hizo Ledesma Ramos renuncia expresa de cuanto había de fascista en el jonsismo, lo que no le impediría solicitar el reconocimiento por la Entente du Fascisme Universel de la organización que pretendía recuperar (Y es que fundar un partido nuevo cuesta mucho esfuerzo y dinero).
- Ramiro defiende un "Sindicalismo Revolucionario" fundamentalmente para conducir a los trabajadores hacia un Nacionalismo Español. Sin embargo aceptó las tesis Joseantonianas del Sindicato como vehículo para la representación de los trabajadores de todas las ramas sindicales en las Cortes de la Nación. Y la dirección de la economía de la nación a través de ese Sindicato Vertical funcional y apolítico.
- Ramiro, carente de formación religiosa pues ésta no se encuentra entre sus lecturas preferidas (obviando el aspecto puramente filosófico de San Agustín y Sto. Tomás), se declara agnóstico como mínimo. Sin embargo ¡defiende la tradición católica de España!
Y no solo eso sino que se un con Onésimo Redondo el líder sindical Católico de las Juntas de Acción Hispánica (de quien había tomado el nombre de Juntas para las JONS).
- Ramiro se declara, en un primer momento, admirador de Hitler y del Nacional-socialismo alemán, pero posteriormente dejó claras sus preferencias por la vertiente Sindical de éste, representadas por el católico Gregor Strasser (uno de los principales fundadores del NSDAP) que era enemigo de Hitler. Quien fue asesinado, sin juicio, por Hitler en la "Noche de los Cuchillos Largos"
Gregor Strasser defendía:
"Reconocemos la propiedad privada. Reconocemos la iniciativa privada. Reconocemos nuestra deuda y préstamos. Nos oponemos a la nacionalización de la industria. Nos oponemos a la estatalización del comercio. Nos oponemos a la economía planificada en el sentido soviético"
y profetizaba;
"Hitler nos mandará matar, nosotros no tendremos una muerte natural"
Estas preferencias de Ramiro parece ser que no pasaron desapercibidas para el NSDAP.
Ramiro fue además acusado por Onésimo Redondo de ser poco crítico con los judíos, tal vez por la admiración que sentía por varios filósofos judíos que estaban entre sus preferencias.
- Ramiro se define Revolucionario y defiende tanto la revolución Fascista como la Bolchevique. Sin embargo ¡toda su vida política la dedica en gran parte a combatir el Marxismo!
Que duda cabe que en su pensamiento defiende, por un lado, una ruptura con el pasado liberal-capitalista y monárquico que le lleva a entusiasmarse con toda Revolución. Pero su Revolución es más Nacionalista que Socialista (ambos términos fueron rechazados por José Antonio). A pesar de lo cual pretende captar a los sindicatos anarquistas.
- Ramiro abomina de la Democracia en general y de la Liberal en particular. Sin embargo acepta la imposición Joseantoniana de una Democracia Orgánica expresada en la Declaración Programática de FE-JONS, aunque sin utilizar el nombre de Democracia sino su exacta definición teórica. Redactada por una comisión presidida por el propio Ramiro. Quien se la pasó despues a José Antonio para su corrección-modificación.
¡En ningún escrito sobre Ramiro consta su aceptación de una forma de Democracia Orgánica! ¡siendo un hecho que está a la vista de todos! Esto cambia totalmente la percepción sobre la complejidad o la ambiguedad de su forma de pensar. Sin embargo sí que habló claramente de participación del pueblo:
Fuente: https://citas.in/autores/ramiro-ledesma-ramos/
- Ramiro, que no se guiaba por criterios tan morales como José Antonio, se une a Falange Española, intenta un golpe fallido contra José Antonio acusándole de "Fascista" y "de no haber dado un golpe de Estado" y vuelve a intentar reconstruir JONS.
El concepto de violencia regeneradora, ampliamente compartido por Ramiro Ledesma, sabemos que es motivo de fricción con José Antonio. Fiel a la tradición cristiana, este último sólo es partidario de utilizarla en caso de desgraciada necesidad.
Ramiro, tal vez solo aparentemente, entró en numerosas contradicciones doctrinales ante los ojos de quienes ven la política con trazos gruesos.
Lo más asequible y fácilmente comprensible de su forma de pensar es, precisamente, lo más rechazable de su doctrina y debe de ser complementado profundizando en todos los matices. Lo que implicará análisis más completos de su obra que irán, poco a poco, ampliando esta entrada.
Así mismo consideramos absurda la crítica que se hace al Estado Nacional de Francisco Franco de "ocultar" el pensamiento de Ramiro Ledesma, aparentemente anti-católico. Por tratarse de alguien que abandonó Falange, traicionando a José Antonio, emprendiendo un proyecto diferente fundamentado, al parecer, en la lucha contra el separatismo.
RESUMEN DE FALANGE DIGITAL PARA EVITAR CONFUSIONES:
El Nacional-Sindicalismo iniciado en España por Ramiro Ledesma Ramos, como una variante española, más o menos crítica, del Corporativismo y del Sindicalismo Nacional italianos, llega a su madurez con José Antonio Primo de Rivera y a su plenitud con los escritos de José Luis de Arrese, cuyo primer libro "La Revolución Social del Nacional Sindicalismo" fue escrito por órden directa de José Antonio y se fundamenta en el pensamiento político y social de éste, quien fue el único ideólogo completo de Falange aunque podría decirse que tuvo una cierta influencia de Ramiro Ledesma Ramos, Onésimo Redondo y otros que le motivó a potenciar el campo de lo social.
Resulta conveniente una introducción aclaratoria de lo que supone, en la práctica, los cambios ideológicos introducidos progresivamente en Falange por José Antonio a la vez que se desligaba del Corporativismo inicial.
Y estos consisten en:
- Relevar la Democracia Inorgánica de Partidos por una Orgánica, como Sistema Político, basada inicialmente en los Cauces Naturales de Convivencia que son la Familia, el Municipio y el Sindicato.
Esto reemplaza al Liberalismo y No es una Dictadura.
Posteriormente José Luis de Arrese propuso sustituir el Tercio Familiar por una Cámara Política de elección directa en la que, en la versión actualizada, las asociaciones, sostenidas únicamente por las cuotas de sus afiliados, apoyarían a candidatos en listas abiertas y una circunscripción electoral única. Si a esto añadimos uno o más diputados corporativos en representación de la Familia y otro de las Asociaciones de Padres de Alumnos tendremos la actual propuesta de Falange Española Digital y su Asociación por la Democracia Orgánica Digital.
- Nacional-Sindicalismo como Sistema Económico y Social. Un Sindicato Vertical único organizado por ramas de producción con representacion en un tercio de las Cortes de la Nación elegido por los trabajadores de manera democrática (orgánica) dirigiría la economía de la Nación en coordinación con el Ministerio correspondiente. Esto sustituye totalmente al Corporativismo fascista y al Capitalismo.
- Revolución o cambio en el concepto de la Propiedad:
a) Ningún hombre puede ser propiedad de otro mediante un contrato. Lo que compra el empresario no es el trabajo sino que es el "fruto del trabajo del empleado" en los casos de empresas privadas. Esta definición filosófica tiene grandes consecuencias en la práctica ya que establece el principio fundamental del Cooperativismo
b) Armonía entre iniciativa privada y colectiva o Cooperativismo. Se favorece la iniciativa privada y la colectiva mediante créditos baratos de una Banca Sindicalizada por Ramas de Producción y exención de impuestos y de burocracia puesto que el Sindicato se encargaría de facilitar todos los trámites, incluso estudio de mercado y viabilidad, para la creación de empresas o de validar los estudios presentados por los emprendedores.
Pero una vez amortizada la inversión inicial y consolidad la empresa, ésta deberá ser vendida a los trabajadores a través del Sindicato de Empresa elegido por los productores (trabajadores), pagando al empresario con la parte correspondiente de los beneficios y pudiendo continuar o no al frente de la misma.
¡Esta propuesta Joseantoniana ya no es Sindicalimo Revolucionario ni Sindicalismo Nacional!
Sino Nacional-Sindicalismo.
Fernando Uruñuela.
José Antonio y Ramiro, Dos Personalidades, Dos Doctrinas.
Mucho se ha escrito sobre las diferencias y posterior ruptura entre Ramiro Ledesma Ramos, fundador de las J.O.N.S, y José Antonio Primo de Rivera, fundador de la Falange Española.
También nosotros desde F.E., queremos hacer nuestro juicio de estas dos figuras y su aportación al pensamiento del Nacionalsindicalismo.
El punto de partida para ambos es completamente dispar.
¿Dónde radican entonces las diferencias que les llevaron a su posterior separación?
Los inicios políticos de Ledesma son como todos sabemos a través de un publicación llamada "La Conquista del Estado". Sus primeros números reflejaban el entusiasmo por las nuevas fórmulas
políticas que habían alumbrado los regímenes fascistas italiano y nacional socialista alemán. Pero sorprendentemente también lanza vivas al régimen comunista soviético.
Ramiro rechaza la religión, a la que califica de mito.
En este esquema de pensamiento, el Estado para Ramiro -al igual que en "los fascismos", el comunismo y la propia democracia- es poseedor y administrador de todos los derechos públicos y privados de la sociedad. Ya no existe el referente moral de la Iglesia, que ha pasado de conformar la vida de la nación a la esfera de lo meramente privado.
Ramiro, a diferencia de José Antonio, jamás aspiro a acabar con el capitalismo, la fuente del problema.
Podemos decir desde ahora que José Antonio no solo no coincidirá con ninguna de la interpretaciones ideológicas de Ramiro, sino que incluso en su espíritu son completamente contrarias.
EI hombre es la raíz de todo sistema, pero el hombre no queda reducido como en el pensamiento marxista y liberal capitalista a productor y consumidor.
Los dos sistemas consideran al hombre como una parte más de la cadena productiva a la que no hay que concederle poco más de lo estrictamente necesario para su mantenimiento (como el aceite para una maquina).
Debemos pues regresar a Él después de nuestra muerte. Siendo esta nuestra misión principal mientras dura nuestra vida: la salvación de nuestra alma. Pero además Dios, que es todo misericordia, no nos deja como simples espectadores de la Creación, asistiendo impotentes ante lo que acontece en nuestro mundo. Dios nos pide por el contrario que seamos copartícipes en la Creación, repletándola y mejorándola a través de las capacidades que ha puesto en nosotros. En la síntesis de esta doble misión de salvación -personal y universal- encuentra su ser la tradición y en ella el pensamiento político y
La patria para José Antonio es la expresión de esa necesidad de salvación del hombre. Partes del cuerpo místico son las naciones, que adquieren un carisma, una misión, con la que repletar la Creación.
A José Antonio no se le escapó como España fue Patria cuando fue consciente de esta realidad y utilizó todas sus capacidades para realizar su misión, dando lugar al imperio.
Ahora que vemos como EE.UU. toma el papel de policía del mundo, en defensa de los intereses de un sistema -económico injusto, y una filosofía de vida atea y relativista contraria a la verdad y a la justicia.
Reflejo de esto es también la concepción económica Joseantoniana.
El sindicalismo de José Antonio, rebasa con mucho el corporativismo fascista al que califica de
"buñuelo de viento", pues en el fondo no resuelve el problema y sobrepasa también el concepto ramirista del sindicalismo.
Ramiro y JoséAntonio, fueron dos personalidades completamente dispares, como también lo fueron sus pensamientos políticos.
Ramiro Ledesma y Jose Antonio Primo de Rivera. Convergencias y Divergencias.
Podemos seguir fingiendo como hasta ahora, con raras excepciones, que el pensamiento de ambos es homónimo, que sus diferencias fueron de simple liderazgo o que respondieron a un simple “malentendido”.
O podemos enfrentar la verdad y esclarecer las coincidencias y las divergencias entre el pensamiento ramiriano y el pensamiento joseantoniano.
Coincidencias que informaron y permitieron la asociación de las organizaciones lideradas por ambos.
Divergencias que provocaron su final y definitivo enfrentamiento y separación.
Sin duda encontramos en ambos importantes convergencias en cuanto al diagnóstico de la crisis española de su tiempo, así como en el enunciado (enunciado tan sólo) de la solución a tal crisis.
Identificamos también coincidencias en la admiración de ambos por el fascismo italiano triunfante en aquel momento.
Admiración que en Ramiro, como incondicional devoto de toda eficacia revolucionaria, se extiende a toda ideología totalitarista.
“Viva la Italia de Mussolini. Viva la Rusia de Stalin. Viva la Alemania de Hitler”,
llegó a afirmar, sin que estos vítores puedan significar otra cosa para ser coherentes que una admiración por lo que los tres tenían en común; un concepto totalitarista del Estado emanado de un nacionalismo mitológico y/o revolucionario; sin que por ello aceptara para sí el “apellido” de fascista para su partido JONS (menos aún de marxista).
Así, en el nº 1 de la revista JONS, en mayo de 1933, el propio Ramiro escribe:
“Todos nosotros creemos que el “hecho fascista” de Italia y la victoria del nacional-socialismo hitleriano son fenómenos geniales de esta época. Pero nosotros, “jonsistas”, españoles, jamás nos apellidaremos a nosotros mismos “fascistas”, como algunos compatriotas, afines a nuestro Partido, al parecer, hacen o pretenden”.
En José Antonio no encontramos admiración alguna ni por el nacional-socialismo hitleriano ni por el estalinismo; y no lo encontramos porque en José Antonio, tan refractario a las meras eficacias revolucionarias, está ausente cualquier empatía al concepto panteísta del Estado en cualquiera de sus formas.
Su relación ideológica con el fascismo se limita a una inicial admiración por Mussolini y su Fascio, que se diluye rápidamente hasta “marcar distancias” entre su movimiento y el del Duce.
Ya el 19 de diciembre de 1934 se publicaba en prensa una nota del propio José Antonio que afirmaba literalmente:
“la Falange Española de las J.0.N.S. no es un movimiento fascista”,
y esto en un momento en que “todo el mundo” (desde Calvo Sotelo a Gil Robles, pasando por Churchill) se adhería abiertamente o no disimulaba su admiración por el fascismo italiano. Luego, en abril de 1935, refiriéndose al Estado corporativo fascista diría aquello de:
“Esto del Estado corporativo es otro buñuelo de viento”.
Por lo que respecta al diagnóstico, ambos líderes coinciden en apreciar un abierto proceso de encharcamiento y esterilidad en la vida política y en la misma sociedad española del momento que amenaza seriamente la pervivencia misma de España, acosada tanto por la amenaza bolchevique como por los separatismos locales que encuentran el camino expedito en el agotado y decadente régimen burgués (demo-liberal) que encarna la II República española y en un justificado descontento de las masas trabajadoras que sufren unas condiciones de vida inadmisibles.
Convergen igualmente ambos líderes en el enunciado (sólo enunciado) de las soluciones.
Soluciones que, más allá del repudio de la democracia burguesa y del marxismo bolchevique, descansan fundamentalmente en dos columnas: la Nación y la justicia social.
Es en el desarrollo de estos enunciados donde se manifiestan las divergencias, de donde parten no menos importantes derivadas de desacuerdo.
En Ramiro, la Nación es la expresión del súper-ego colectivo.
“Nación es un manojo de coincidencias superiores, trascendentes al individuo y a su destino, que representan un espíritu histórico. Es una Patria”.
La Nación ha de afirmarse en categorías indiscutibles, innegables.
“No se trata, pues, de crear y dar nacimiento a nacionalidades de artificio, falsas,..”,
dice Ramiro.
Pero, a pesar de esta afirmación, es en esta tarea de identificar las categorías indiscutibles de la Nación española donde encuentra Ramiro serias dificultades.
Ramiro, fervoroso creyente del mito nacionalista como motor revolucionario, constatando la ausencia de un nacionalismo español, busca desesperadamente el mito que le haga emerger.
Carece de los resortes utilizados por los nacionalismos “románticos” (lengua, territorio, costumbre o empresa unificadora…), y de los mitos de los nuevos nacionalismos totalitaristas.
No debe entender eficaz al caso español el resorte imperialista, como le pertenece al fascismo italiano.
Lo busca en la raza con “pinceladas” antisemitas, mito nacional de la Alemania nazi, pero tímidamente y sin convicción por cuanto debe ser consciente que es el mestizaje lo característico del devenir histórico de España y por la admiración que sentía por intelectuales judíos que había estudiado.
Repudia el mito del internacionalismo proletario propio del Estalinismo.
Podría haberlo encontrado, y así lo apunta, en el catolicismo (del que, por cierto, no abdica:
“¿Cómo no vamos a ser católicos? Pues ¿no nos decimos titulares del alma nacional española, que ha dado precisamente al catolicismo lo más entrañable de ella: su salvación histórica y su imperio?”;
pero lo rechaza alegando que la religión es un factor estimulante de lo nacional cuando lo es de todo el pueblo, lo que no corresponde al momento de la España del primer tercio del siglo XX.
El catolicismo no es eficaz a lo nacional, dice Ramiro,
“si la dirección de las masas católicas no está en manos de patriotas firmísimos”.
Es decir, si no se verifica una sumisión de la religión al Estado nacional.
Lo cual es lógico si consideramos que el mito nacionalista es un modo de religión que no puede compartir fe con otra que no se someta a ella.
En definitiva, Ramiro encuentra el fundamento al mito nacionalista español en la afirmación misma de la Nación frente a la amenaza antinacional marxista, elevando la acción directa y la violencia a categoría moral, que se complementa con “el mito optimista de la revolución” social.
Si Ramiro manifiesta abiertamente la necesidad del nacionalismo, José Antonio comienza por repudiarlo.
“Y no somos nacionalistas, porque ser nacionalista es una pura sandez; es implantar los resortes espirituales más hondos sobre un motivo físico, sobre una mera circunstancia física; nosotros no somos nacionalistas porque el nacionalismo es el individualismo de los pueblos”.
Lo que constituye toda una sanción moral definitiva.
Además de esta sanción moral, José Antonio comprendió con claridad (léase su artículo “La gaita y la lira”, publicado en el nº 2 de FE de 11 de enero de 1934) la imposibilidad de un “mito nacional” español.
Comprendió que toda referencia a lo telúrico, a lo inmediato, a lo costumbrista, era entregar armas a la disgregación, al secesionismo local.
Como debió comprender que sería perfectamente estéril toda construcción mítica de una conciencia nacional, siempre artificiosa, simple expresión de voluntarismo por muy ardiente y directo que fuera.
La conciencia nacional habría de enraizar, por el contrario, en la realidad histórica de España.
Se afirma así el concepto misional de España como razón histórica que la justifica, que hace necesaria la existencia misma de España en la historia. Una España misional que incorpora en su construcción los valores propios del catolicismo por ser, en primer lugar los verdaderos y, además, históricamente los españoles.
No importa a José Antonio, al contrario que a Ramiro, si tales convicciones religiosas son hoy (en el hoy de José Antonio y en el hoy nuestro) mayoritarias o no entre los españoles. Ni reclama ni le preocupa, al contrario que a Ramiro, la sumisión de la jerarquía de la Iglesia católica al Estado.
Simplemente, incorpora a la construcción nacional los valores propios del catolicismo por considerarlos (por este orden) verdaderos y españoles, dejando a la Iglesia el gobierno de su tarea espiritual sin reconocerle derecho de intromisión en la tarea nacional.
Este concepto misional de Nación, que es la Patria, no es un concepto reaccionario, que se define por oposición a un contrario; sino un concepto abierto y proyectivo que se define por su propio "Destino", por su propio quehacer en la historia.
Y no se limita José Antonio a señalar la naturaleza misional como sustantiva de la Nación, sino que delimita claramente cual ha de ser esa misión: recuperar la armonía del hombre con su contorno, recuperar la armonía de los destinos individuales con el destino colectivo en que la Patria se sustancia.
Ocurre así que mientras Ramiro, aún siendo consciente de que
“España es uno de los pueblos que más necesitan poner sus destinos en manos que interpreten con el máximo rigor y fidelidad su propia esencia”,
construye el nacionalismo español sobre un mito vacío y reaccionario que se agota en sí mismo, circunstancial y profundamente ajeno a la realidad histórica de España; José Antonio, por el contrario, construye su proyecto nacional hundiendo sus cimientos en las entrañas mismas de su devenir histórico.
Una de las derivadas del concepto de Nación es la que corresponde al concepto de Estado.
Para Ramiro el Estado es “la suprema categoría”. Tal afirmación se concreta en una de sus más conocidas sentencias;
“¡¡Nada, pues, sobre el Estado!!”.
Este “nada sobre el Estado” en Ramiro significa exactamente esto. Todo ha de someterse al Estado, en este todo queda inmerso el individuo.
Se trata, cabalmente, de un panteísmo estatal. Un “panestatismo”, en palabras de Ramiro.
El Estado es para Ramiro, “la suprema categoría” en que se confunden el Estado con la Patria por que el Estado:
“o es la esencia misma de la Patria, el granito mismo de las supremas coincidencias que garantizan el rodar nacional en la Historia, o es la pura nada”.
Ramiro pide y quiere “una dictadura de Estado”, quiere y pide Ramiro “que el Estado asuma el control de todos los derechos”.
Si Ramiro afirma que “todo el poder corresponde al Estado”, José Antonio comienza por afirmar:
“Nosotros consideramos que el Estado no justifica en cada momento su conducta, como no la justifica un individuo, ni la justifica una clase, sino en tanto se amolda en cada instante a una norma permanente”.
Para José Antonio, al contrario que para Ramiro, el Estado no es omnipotente sino que ha de someterse a una norma superior a él.
Ha de someterse a una norma ajena a la voluntad, cualquiera que sea el origen de esa voluntad, ya sea del príncipe o del tirano o la de los más sobre la de los menos; una norma que responde a una aspiración permanente.
El Estado joseantoniano es un
“instrumento al servicio de un destino histórico, al servicio de una misión histórica de unidad”,
en la que el pueblo se considera como una integridad de aspiraciones.
Es un “Estado de todos”, en este sentido “totalitario” (en el sentido de totalidad).
Un instrumento al servicio de la Patria, no la Patria misma y, en tanto tal instrumento, desprendido de todo carácter totalitarista.
Si Ramiro se afirma en un “panestatismo” que “suplantará a los individuos y a los grupos”;
José Antonio lo repudia:
“Cuando el mundo se desquicia no se puede remediar con parches técnicos; necesita todo un nuevo orden. Y este orden ha de arrancar otra vez del individuo. Óiganlo los que nos acusan de profesar el panteísmo estatal: nosotros consideramos al individuo como unidad fundamental, porque éste es el sentido de España, que siempre ha considerado al hombre como portador de valores eternos”.
La consideración del individuo y su libertad, como derivadas del concepto de Estado, son conceptos en las que Ramiro y José Antonio, manteniendo un punto de coincidencia, divergen en lo fundamental.
Observamos una coincidencia (por otra parte inevitable por categórica) en el concepto del individuo en cuanto a sujeto político. Cualidad condicionada a su capacidad de convivencia civil, de participación en la cosa pública, en el cumplimiento de una función dentro de la vida nacional en la que se justifica la condición política del individuo.
En esto terminan las coincidencias.
En José Antonio, no en Ramiro, encontramos la afirmación y el reconocimiento de la individualidad del ser humano, “envoltura corporal de un alma que es capaz de condenarse y de salvarse”, un individuo “portador de valores eternos” por su propia naturaleza como criatura de Dios. De aquí se deduce el reconocimiento joseantoniano a la integridad del hombre, a su dignidad y a su libertad, que se proclaman sagradas.
Frente al desdeñoso “Libertad, ¿para qué?”, de Lenin o, podría haberse dicho, frente al no menos desdeñoso “¡Qué le vamos a hacer si pasó la hora de batirse por la libertad!”, de Ramiro; José Antonio comienza por afirmar la libertad del individuo, por reconocer al individuo.
“Nosotros, tachados de defender el panteísmo estatal, empezamos por aceptar la realidad del individuo libre, portador de valores eternos”.
En este “nosotros”, cabalmente, no podemos considerar incluido a Ramiro.
Otra derivada del concepto de Estado en que ambos pensadores divergen hace referencia a su organización política.
Se produce aquí también una convergencia en el rechazo al sistema partidista propio de las democracias parlamentarias. Ambos, Ramiro y José Antonio repudian el sistema de partidos.
Las divergencias surgen, una vez más, en la propuesta de alternativas>>>>>>>>>>:
Ramiro opta por un régimen político de partido único.
“Queremos el Partido único, …, que interprete por sí los intereses morales, históricos y económicos de nuestra Patria”.
Es cierto que apunta a esta solución con carácter transitorio:
“Queremos la dictadura transitoria de ese Partido nacional… Hasta conseguir las nuevas instituciones, el nuevo orden español, el nuevo Estado nacional de España”.
Pero nada nos concreta de la forma política de ese “Estado Nacional de España”, sólo que no será ni monárquico ni republicano. Un Régimen transitorio que por experiencia conocemos acaba perpetuándose.
En José Antonio no encontraremos referencia alguna a este Partido Único.
Su rechazo al concepto mismo de partido que le lleva a definir a su movimiento como un antipartido, debió hacerlo extensivo a esta forma única de seguir siendo partidista:
“Para que el Estado no pueda nunca ser de un partido hay que acabar con los partidos políticos”.
En José Antonio, no en Ramiro, encontramos la propuesta de Democracia Orgánica (escasamente desarrollada, ciertamente) de un régimen político verdaderamente alternativo al de representación partidista; un régimen de participación en base a las unidades naturales de convivencia: familia, municipio y sindicato:
“El partido político es una cosa artificial que nos une a gentes de otros municipios y de otros oficios con los que no tenemos nada de común, y nos separa de nuestros convecinos y de nuestros compañeros de trabajo, que es con quienes de veras convivimos.
Un Estado verdadero, como el que quiere Falange Española, no estará asentado sobre la falsedad de los partidos políticos ni sobre el Parlamento que ellos engendran.
Estará asentado sobre las auténticas realidades vitales:
La familia.
El Municipio.
El gremio o sindicato.”
Y es este planteamiento joseantoniano el que se recoge en la norma programática de FE de las JONS:
“Todos los españoles participarán en él a través de su función familiar, municipal y sindical. Nadie participará a través de los partidos políticos. Se abolirá implacablemente el sistema de los partidos políticos con todas sus consecuencias: sufragio inorgánico, representación por bandos en lucha y Parlamento del tipo conocido”
(Debemos matizar que Ramiro aceptó este planteamiento joseantoniano al fusionarse con FE, luego también él fue partícipe de la idea de Democracia Orgánica)
Por lo que respecta al segundo de los pilares del pensamiento de ambos líderes, la justicia social, igualmente encontramos convergencias en el diagnóstico y en el enunciado de las soluciones y divergencias en el desarrollo de estas.
Convergen ambos líderes en la condena del capitalismo, tanto como en la condena del comunismo.
En ambos encontramos la misma condena al capitalismo financiero y la misma afirmación de la necesidad de acometer una radical reforma agraria.
Y en ambos encontramos el mismo respeto por la propiedad privada, que no confunden con la propiedad capitalista.
En ambos encontramos, en términos enunciativos, la misma alternativa: sindicalismo.
Pero, también en esto, encontramos significativas divergencias a la hora de desarrollarlo.
En Ramiro, “El nuevo orden económico entrega al Estado inexorablemente la plena función de presidir con decisión las peripecias de la pugna”.
El nuevo régimen económico que Ramiro “quiere y pide” se basa ciertamente en “la sindicación de la riqueza industrial y de la entrega de tierra a los campesinos”.
El sindicalismo ramirista se orienta a encuadrar a todas las “fuerzas económicas” que han de atenerse en todo momento “a las altas tareas del Estado”. “El Estado disciplinará y garantizará en todo momento la producción”.
Todo el escaso desarrollo que Ramiro nos deja de su sindicalismo nos ofrece una visión de sindicalismo estatalizado. De Sindicato subordinado al Estado.
Si en Ramiro podemos decir que el Sindicato se estataliza, en José Antonio podemos decir que el Estado se Sindicaliza.
El desarrollo del sindicalismo joseantoniano, también limitado, nos ofrece una visión divergente del propuesto por Ramiro.
Un sindicalismo que, lejos de someterse a las directrices del Estado, asume como propias las competencias de naturaleza económica que antes eran propias del Estado.
Y es en José Antonio donde encontramos el verdadero hallazgo de su propuesta sindicalista, la verdadera clave de la liquidación del orden capitalista;
La asignación a los trabajadores encuadrados en su sindicato del poder de decisión en la empresa y de la plusvalía de la producción.
Una idea que entronca con un Cooperativismo Católico muy anterior al Socialismo.
Podemos mantenernos en la ficción de la identidad fundamental entre los pensamientos de Ramiro y José Antonio.
Podemos seguir fingiendo como hasta ahora, con raras excepciones, que el pensamiento de ambos es homónimo, que sus diferencias fueron de simple liderazgo o que respondieron a un simple “malentendido”.
O podemos enfrentar la verdad y esclarecer las coincidencias y las divergencias entre el pensamiento ramiriano y el pensamiento joseantoniano, “liberando” a ambos de la deformación que la interferencia del otro le causa.
Yo opto por esta segunda alternativa.
Sólo la clarificación de ambos cuerpos doctrinales aportará a cada uno de ellos sus respectivas eficacias.
Sólo así podrán tener desarrollo los planteamientos respectivos, mutuamente neutralizados durante tanto tiempo por esta ceremonia de la confusión demasiado tiempo mantenida.
Una vez esto clarificado, cada cual habrá de optar por la opción que más le cuadre, por la que cada cual entienda sirve mejor a la Patria y a la justicia, a la integridad, dignidad y libertad del hombre y a la verdad.
Por mi parte, opté hace muchos años por la opción joseantoniana.
Juan Fco Arroquia (Deolavide).
Cuéntame...Lo que no nos cuentan.
Ramiro Ledesma Ramos: Apunte Biográfico
Fue filósofo, novelista, periodista e ideólogo español. Ramiro Ledesma Ramos pasó a la historia de la política española por ser el fundador de las Juntas Ofensivas Nacionales Sindicalistas (JONS) y uno de los teóricos que más influencia ejerció en la concepción del movimiento político conocido como Nacional-Sindicalismo. Para el nombre de "Juntas" se inspiró en el grupo preexistente en Valladolid de Onésimo Redondo Ortega, las Juntas Castellanas de Acción Hispánica.
Ramiro Ledesma Ramos nació en Alfaraz de Sayago (Zamora) el 23 de mayo de 1905, en el seno de una familia de maestros y clase media, fue el cuarto hijo de Manuel Ledesma Herrero, maestro de escuela, e Isabel Ramos Marcos.
En 1926 inició sus estudios universitarios y adquirió las licenciaturas en filosofía y letras, y en ciencias físicas y matemáticas por la Universidad de Madrid, recibiendo además de licenciatura en derecho a título póstumo, así como el reconocimiento posterior del régimen franquista con la Palma de Plata del Movimiento.
Entabló contacto con Ernesto Giménez Caballero, César Muñoz Arconada, Agustín de Foxá, Salvador Dalí y otros intelectuales y artistas españoles. Se dio a conocer escribiendo artículos en La Gaceta Literaria, La Revista de Occidente y El Sol, y asistiendo y destacándose en el Ateneo de Madrid.
Admiró al fascismo italiano y al nacional-socialismo alemán, pero ambos en sus inicios, motivado por los textos de Curzio Malaparte, quien articuló las bases del nacional-sindicalismo en España. Esta era una doctrina estatalista partidaria de la planificación económica, denominada Sindicalismo Nacional.
Pero sus tesis estuvieron durante un tiempo influidas por la línea ideológica de revolucionarios heterodoxos franceses e italianos como Georges Eugène Sorel y por algunos aspectos, prácticamente estéticos, del sindicalismo anarquista.
1. el abandono de las tácticas de aproximación a los intentos subversivos de los anarcosindicalistas.
2. un afán de crear su propia doctrina.
3. la unidad de España.
4. el respeto a la tradición religiosa.
En su ideario se manifestó en oposición radical al marxismo, demandó una revolución social y económica, a base de la sindicación obligatoria, también estuvo a favor de la intervención nacional de la riqueza y la plena dignificación de los trabajadores. Para su difusión, se sirvió de los 23 números del semanario La Conquista del Estado, reflejo del italiano La conquista dello Stato, en la que propugnaba una política no parecida a la de los nazis, sino a la de los socialistas de Benito Amilcare Andrea Mussolini, que no es lo mismo. Entonces tenía 25 años cuando ocupó la dirección de esta revista, cargo que efectuó desde marzo a octubre de 1931, coincidiendo este momento con su irrupción en la política activa. Junto a él colaboraban principalmente Giménez Caballero, Juan Aparicio, Souto Vilas, Emiliano Aguado, y Bermúdez Cañete entre otros.
Justificaba su cambio ideológico con respecto a sus años en Revista de Occidente de esta manera:
"Toda novedad auténtica está condenada por radical designio, a no ser comprendida. Es el caso de las juventudes cuando acometen la creación de nuevos estilos de vitalidad."
Inmediatamente después difundió Libertad, creado por el grupo vallisoletano de Onésimo Redondo, y el 30 de noviembre de 1931 fundó las Juntas Ofensivas Nacional Sindicalistas (J. O. N. S.). Su espíritu respondía a una profunda inquietud social y a una actitud Nacional Sindicalista.
"Las JONS equivalían al abandono de las tácticas de aproximación a los intentos subversivos de los anarcosindicalistas. Un afán de crear la propia doctrina. Quieren la unidad intangible de España. Postulan el respeto a la tradición religiosa. Llaman de modo preferente a las juventudes, no admitiendo en su seno sino a los españoles mayores de cuarenta y cinco años. Manifiestan su incompatibilidad radical con el marxismo. Y representan una demanda imperiosa de revolución social-económica, a base de la sindicación obligatoria, la intervención nacional de la riqueza y la dignificación plena de los trabajadores."
En la creación de las JONS participaron Juan Aparicio López, Antonio Bermúdez Cañete, Roberto Escribano Ortega, Ernesto Giménez Caballero, Ramón Iglesias Parras, Francisco Mateos González, Alejandro M. Raimúndez, Antonio Riaño Lanzarote y Manuel Souto Vilas.
En abril de 1932, Ledesma pronunció una conferencia en el Ateneo de Madrid sobre el tema El fascismo frente al marxismo, que no pudo terminar por las protestas del público, aunque alcanzó resonancia en la prensa.
El 10 de agosto de 1932, fue detenido a consecuencia de los sucesos anti-republicanos, desgracia que se repitió a finales de enero de 1933 para cumplir una condena de dos meses. Al salir de la cárcel participó en el consejo de Redacción del recién creado El Fascio, semanario que dirigió Delgado Barreto, del que salió un solo número y en cuyo consejo de redacción participaron Giménez Caballero, Primo de Rivera, Ramiro Ledesma, Sánchez Mazas y Juan Aparicio.
En abril de 1933, viajó a Portugal, donde estaba exiliado Onésimo Redondo, y decidieron fundar la revista JONS, como órgano teórico de la organización y cuyo primer número salió a la calle en mayo de aquel mismo año.
Tres meses después volvió a ser encarcelado, esta vez en el penal de Ocaña, acusado de complot contra la República.
Y al recuperar la libertad en agosto se dirigió a San Sebastián, donde, por mediación de José María de Areilza, se entrevistó con los dirigentes falangistas José Antonio Primo de Rivera (hijo de Miguel Primo de Rivera), Julio Ruiz de Alda (aviador, pionero de la aviación española) y Alfonso García Valdecasas.
En octubre de 1933, asistió al acto fundacional de la Falange Española en el teatro de La Comedia, y durante los días 11 y 12 de febrero de 1934, reunió al Consejo Nacional de las JONS para discutir una posible unificación con la Falange.
Aceptadas las bases del acuerdo, la fusión entre ambas formaciones políticas se produjo en febrero de 1934 por iniciativa de Ledesma. La estructura jerárquica adoptada fue la de una junta de Mando Nacional formada por José Antonio Primo de Rivera, Ramiro Ledesma Ramos, Julio Ruiz de Alda, Onésimo Redondo, Raimundo Fernández Cuesta y Rafael Sánchez Mazas. Puede ser que las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista iniciales fueran más violentas que Falange Española, pero ni por entusiasmo hacia Hitler, ni por oratoria demagógica.
Desde entonces esta formación política se denominó se llamó Falange Española y de las JONS y tuvo a la cabeza, hasta septiembre de 1934, un triunvirato dirigente formado por Ruiz de Alda, Primo de Rivera y Ledesma Ramos.
Poco después de la Revolución de octubre en Asturias y Cataluña, Ledesma propuso que el partido, de acuerdo con jóvenes mandos del ejército, pasara a la acción armada.
A finales de diciembre de 1934, el Partido estaba en crisis y la junta política se reunió sin encontrar un remedio a la situación. Las JONS habían incorporado obreros a las filas de la Falange, pero aún estaba en plena elaboración la vertebración sindicalista, cuando se había llegado a la fusión de las dos fuerzas.
A la salida de la reunión se decidió, junto con Onésimo Redondo, Sotomayor y Manuel Mateo, separar ambas fuerzas partidistas, es decir, regresar a la situación inicial; escisión que se llevó a efecto en enero de 1935.
Por una parte, los miembros procedentes de las JONS veían en los falangistas hombres más preparados intelectualmente pero dudaban en cuanto a su capacidad revolucionaria, procedentes como eran de capas burguesas y acomodadas.
A su vez, los falangistas recelaban de los jonsistas, que al ser en su mayoría de origen obrero podrían proletarizar en extremo peligroso a la Falange y especialmente por la presencia, de entre aquellos, exmilitantes de la izquierda que pretendían conservar modos y tácticas troskistas (Ramiro llegó a contratar pistoleros a sueldo según José Antonio cosa que éste último abominaba).
La escisión de las JONS con respecto a Falange Española también tuvo interpretaciones distintas por parte de los miembros de ambas formaciones.
Los antiguos jonsistas interpretaron su salida como fruto de su disconformidad con la evolución de FE de las JONS, próxima al reformismo burgués y alejado de la Revolución del proletariado que decían defender sus partidarios. Es de consideración que José Antonio Primo de Rivera, líder indiscutible de Falange Española, fue hijo de un capitán general de Cataluña primero, y presidente del Gobierno después, entregado principal y fundamentalmente a la mejora económica de España. Por eso tuvo razón Falange, que consideró que el verdadero motivo de la separación de Ledesma fue la disconformidad ideológica de Falange a ser proletariamente revolucionaria, y preferir oposición parlamentaria a la lucha callejera para vengar la violencia que contra ellos se estaba haciendo por parte de las Juventudes Socialistas.
En cambio, la versión falangista dio énfasis a las demostradas diferencias teóricas, morales y políticas entre ambos.
En cualquier caso, tras la ruptura de Falange Española con respecto a las JONS, Ledesma intentó sin éxito reactivar su partido como grupo independiente manteniéndose alejado de Falange. Pero nunca logró tener un número suficiente de miembros para viable el proyecto político, mientras que la Falange aumentaba progresivamente sus filas.
La nueva agrupación sacó un nuevo semanario, La Patria libre, que polemizó agriamente con Falange. En el mes de mayo publicó su libro Discurso a las juventudes de España. En noviembre del mismo año firmó su obra Fascismo en España (sus orígenes, su desarrollo, sus hombres) bajo el seudónimo de Roberto Lanzas en el que señaló que
"A Ramiro Ledesma y a sus camaradas les viene mejor la camisa roja de Garibaldi que la camisa negra de Mussolini." (Garibaldi fue el reunificador de Italia)
En mayo de 1936 visitó a José Antonio en la cárcel Modelo de Madrid y se ofreció a Falange sin condiciones.
En el mes de julio editó el primer y único número de la revista Nuestra Revolución. Durante ese mes, el 18 de julio se produjo el levantamiento militar de Mola y Sanjurjo a iniciativa plenamente justificable de Alfonso XIII, a última hora secundado por Francisco Franco y otros muchos, contra la II República dando comienzo la Guerra de Liberación.
Entonces, fue detenido e ingresado en la prisión de las Ventas, en Madrid, por su supuesta vinculación con los sublevados y defender ideales del nacional-sindicalismo contrarios al régimen.
El 29 de octubre de 1936 fue sacado, junto con Ramiro de Maeztu y los hermanos Borbón, para ser fusilado por los republicanos en Aravaca. El mismo fin también tuvo su camarada José Antonio Primo de Rivera.
Y tal condición lo elevó al martirologio. Le fue otorgado a título póstumo la Palma de Plata del Movimiento.
A
Casi todos los símbolos falangistas se establecieron por las JONS de Ramiro y Onésimo a excepción de la camisa azul, el himno Cara al Sol y algunos símbolos menores como el cisne del SEU y el emblema de las CONS.
Principales obras: artículos y escritos diversos en órganos de partido y cabeceras como La Gaceta Literaria, Revista de Occidente, El Debate, La Nación, Informaciones y Heraldo de Madrid; Fascismo en España; Discurso a las juventudes de España; El Quijote y nuestro tiempo (ensayo); El Sello de la Muerte (novela); La hora romántica; El escepticismo y la vida; Ideas. El escepticismo y la vida; Escritos filosóficos.
Otros libros: Croce, Filosofía práctica (1927); El matemático Rey Pastor (1928); Otto Braun: Aus nachgelesseneu Schrifften eines frühvollendeten (1928); Tres libros de filosofía (1928) y la traducción de Mathematische philosophie, de W. Brand y M. Deutschbein.
Entre sus artículos merece que destaquemos La Filosofía, disciplina imperial (1931). Y también Hans Driesch y las teorías de Einstein (1928), El causalismo de Meyerson (1929), etc.
Sobre él se han escrito más de 170 publicaciones, y artículos en La Conquista del Estado, JONS, La Patria Libre y Nuestra Revolución.
Algunas precisiones sobre el asesinato de Ramiro Ledesma Ramos
Acerca de las circunstancias que rodearon la muerte del fundador de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (JONS), Ramiro Ledesma Ramos, han circulado diversas versiones.
Según algunos relatos, Ramiro habría muerto en la misma prisión al tratar de hacer resistencia a su traslado en lugar de haber sido fusilado con el resto de los presos.
«Poco después, dentro del mismo mes de octubre, aquel Gobierno, por medio de uno de sus órganos, como era la Dirección General de Seguridad, ordenó en Madrid el asesinato de presos de la Cárcel de Ventas, que no habían sido juzgados por ningún tribunal. Entre estos presos figuraban personas de destacado relieve intelectual, como D. Ramiro de Maeztu, y de destacada personalidad política, como el fundador de las J.O.N.S ., don Ramiro Ledesma Ramos, hallándose entre ellos los dos hermanos Borbón León, emparentados con la Casa Real española. El Director General de Seguridad, Manuel Muñoz, el día 31 de octubre de 1936 ordenó la entrega de estos presos a miembros del Comité Provincial de Investigación Pública (checa de Fomento), con el pretexto de trasladarlos a Chinchilla; pero con la orden verbal de que fueran asesinados. Uno de los comprendidos de la relación original, D. Francisco Gallego Sáenz, resistió el cumplimiento de la orden de salida y fue asesinado en el interior de la prisión"[2].
Con ocasión de un trabajo de investigación sobre las Checas de Madrid, tuvimos ocasión de leer otra versión de la muerte de Ramiro Ledesma obrante en la documentación relacionada con la Checa del Ateneo Libertario de La Elipa.
Sometido a interrogatorio, Ledesma habría sido cosido a puñaladas y su cadáver abandonado poco después junto al de los otros tres detenidos, fusilados en las inmediaciones de la checa.
La impresión se refuerza a la luz del resto de la documentación disponible en la misma Causa General (especialmente todo lo relacionado con las sacas[6] de la Cárcel de Ventas y el informe de la Dirección General de Seguridad, Brigada Especial sobre el asesinato de Ramiro Ledesma[7]).
29 de octubre: la saca de Ventas
En efecto, en la madrugada del día 28 al 29 de octubre de 1936 fueron entregados al Comité de Investigación pública 32 presos en la Cárcel de Ventas, interviniendo en su traslado y fusilamiento miembros del Ateneo Libertario de La Elipa.
En la Cárcel fue asesinado el citado Francisco Gallego, el cual no fue llevado, como los demás, al Cementerio de Aravaca sino que su cadáver fue hallado en la Carretera de Andalucía en la madrugada del 30 de octubre. Como sabemos por la declaración de Alberto Pajuelo Caravaca (9-agosto-1939)[8] que el cadáver del asesinado en Ventas pasó antes por la checa instalada en La Elipa, encontraríamos una explicación plausible al rumor de posguerra recogido por Sánchez Diana ya que muchos pensaban que era Ramiro el que no había corrido la misma suerte que el resto de los presos llevados a Aravaca y esa fue la versión difundida en los primeros momentos por los mismos guardianes de la Cárcel de Ventas.
Por tanto cabe afirmar con toda certeza que el de Ramiro Ledesma figura entre los treinta y un cadáveres enterrados en Aravaca la mañana del día 29.
«Siendo necesario el traslado al Penal de Chinchilla de los presos que al dorso se relacionan, los cuales están recluidos en la Prisión de su digno cargo, sírvase entregarlos a los portadores del presente oficio, miembros del Comité de Investigación, encargados de cumplimentar la expresada resolución.— Madrid 31 octubre 1936.— El Director general.— rubricado».— En el dorso que se cita se contiene una relación de 32 nombres, entre los que figuran, Ramiro Ledesma y Francisco Gallego Sáez de Burgos»[9]
La razón de la discrepancia entre la fecha de la saca y la del documento es que el ministro de la Gobernación Ángel Galarza accedió a la entrega de los presos a los chequistas en virtud de su orden verbal hasta que llegaran las oportunas instrucciones por escrito. Esta es la razón por la que algunos textos, como la esquela de ABC, elaborada probablemente con este documento a la vista ya que los nombres figuran con el mismo orden, sitúa la primera expedición de Aravaca y la muerte de Ramiro el 1 de noviembre de 1936, es decir en la madrugada siguiente a la fecha de la presunta orden de excarcelación[10].
Tampoco da razón del número de cadáveres que fueron enterrados en Aravaca aquella noche y que coinciden con los 31 presos trasladados desde Ventas (basta sumar el cadáver que quedó en la cárcel para alcanzar los 32 nominados en la lista): ¿Quién sería la anónima víctima que habría reemplazado a Ramiro? También carecemos de cualquier referencia a nadie que viera vivo a Ramiro Ledesma con posterioridad al 29 de octubre y son varios los testigos supervivientes que le sitúan entre los asesinados en aquella fecha junto a Maeztu o los hermanos Borbón siendo especialmente explícita la declaración de uno de los participantes en el entierro de las víctimas.
«que Ramiro Ledesma ya no estaba allí, pues había sido trasladado de Prisión la noche anterior»
(esto último se recoge en el Informe citado de la Dirección General de Seguridad).
Es más, en el proceso a que estaba siendo sometido Ramiro Ledesma por el Frente Popular consta una diligencia extendida el 13 de noviembre de 1936 según la cual habría sido trasladado a Chinchilla el 1 de noviembre; luego en tal fecha ya no se encontraba en una prisión de lo que no pudo ser extraído el día 21. Por último, disponemos de la cadencia exacta de las “sacas” efectuadas en la Cárcel de Ventas, las que ocurren en el mes de noviembre son grupos de presos más numerosos y las expediciones tuvieron como lugar de destino Paracuellos del Jarama. No hay ningún indicio de una saca de cuatro presos el 21 de noviembre. Este conjunto de vacíos argumentales resta, pues, toda credibilidad a una versión sostenida sobre argumentos tan débiles.
¿Mentían los presuntos testigos?
Se pensará, acertadamente, que algún peso han de tener las declaraciones citadas.
A nuestro juicio –y lanzamos la hipótesis sin posibilidad por ahora de mayor comprobación- los testigos estarían confundidos en cuanto a la fecha y probablemente en sus declaraciones estaban evocando la única de las “sacas” efectuada en este centro penitenciario que ocasionó cuatro víctimas: la que tuvo lugar el día 21 (data que ellos dan), pero no de noviembre (como afirman), sino de septiembre.
En efecto, en relación con estos asesinatos no consta la intervención de ninguno de los ahora declarantes pero como las víctimas fueron conducidas a la checa de Fomento antes de su asesinato, y la checa de La Elipa guardaba dependencia con aquella, es factible que los milicianos del Ateneo Libertario fueran testigos o intervinieran en la saca de septiembre y ahora se refieran a ella o bien por confusión o para dar credibilidad a su relato.
«varios milicianos abrieron el vientre al cadáver, diciendo que querían observar cual era el mal germen que podía llevar ese hombre dentro para ser tan malo».
Ésta es la agresión que los declarantes que pretenden estar hablando del asesinato de Ramiro el 21 de noviembre afirman se realizó con éste último y las frases que en tal ocasión se habrían pronunciado.
«Que con anterioridad a esta saca de la cárcel de Ventas, del doce al quince de noviembre del treinta y seis y en cumplimiento de órdenes del Frente Popular transmitidas al Ateneo por el Comité de Defensa Central de la Confederación Nacional del Trabajo, fueron a la referida cárcel JULIÁN ABAD, ISIDRO BAS, ÁNGEL SARDINERO, JUAN ROMANILLOS, ROQUE PROVENCIO, JULIO LUCAS PÉREZ, RAFAEL ABAD, LUIS POVES, VALERIANO CORRALES, ADRIÁN DOMÍNGUEZ, JAIME LORUENA, CIRIACO GIL, ANTONIO ROCA, “EL BUS”, MANUEL MARTÍNEZ ESCOBAR y EZQUERRA, quienes sacaron un camión de detenidos sin que pueda precisar el número a que se elevaba fusilándolos en el Cementerio del pueblo de Aravaca sin pasar por el Ateneo: Que estos mismos individuos que cita últimamente, sobre el veintinueve del último mes y año y en cumplimiento de órdenes de la misma procedencia, volvieron a efectuar otra saca en la misma cárcel, cuyo número de detenidos tampoco puede precisar fusilándolos en el mismo sitio que la anterior si bien sabe que antes de salir de la cárcel tuvieron que fusilar a uno en el pasillo de la misma porque se resistía a que lo atasen pero ignorando el nombre de éste y sabiendo que el que lo mató fue ÁNGEL SARDINERO»[11].
No tendría nada de extraño que confundieran a otro de los presos con Ramiro ya que algunos testimonios acreditan que el fundador de las JONS no era excesivamente conocido físicamente y sus enemigos tardaron en identificarle[12] pero nos inclinamos a pensar que todo es una magnificación de lo ocurrido al cadáver de Francisco Gallego, identificado de manera errónea con Ramiro Ledesma.
En todo caso, solamente un seguimiento de los procesos a que fueran sometidos por la jurisdicción militar aquellos declarantes, podría dar respuesta definitiva a esta cuestión.